Tricoscopia, lo último en el diagnóstico de la alopecia
La tricoscopia es una técnica de diagnóstico por imagen no invasiva que permite analizar y hacer seguimiento de la alopecia. Además, permite diferenciar entre tipos de alopecia y controlar la respuesta del paciente al tratamiento.
¿Qué es la tricoscopia?
Gracias a la tricoscopia los especialistas en medicina y cirugía capilar pueden establecer un diagnóstico precoz, identificar las patologías del cabello y ofrecer el tratamiento más adecuado.
La tricoscopia permite analizar el cabello a gran aumento mediante una lente polarizada. El éxito de esta técnica se basa en dos puntos clave:
- Es cómoda para el paciente, ya que no produce ningún daño.
- Proporciona información muy valiosa y completa para el diagnóstico correcto de la alopecia y controlar la respuesta al tratamiento.
Tipos de tricoscopia
Existen tres tipos de tricoscopias principalmente:
Tricoscopio de mano
Son dispositivos pequeños, con un objetivo que permiten ver a través de él la superficie del cuero cabelludo aumentada. Alcanza un aumento de 10x. Se utilizan para revisiones rutinarias.
Tricoscopio acoplado a un smartphone
Son dispositivos modernos que se acoplan a teléfonos inteligentes de última generación. Proporciona aumentos de 10, 20 y 40x. La calidad de la imagen depende de la óptica del dispositivo y la cámara del teléfono.
Tricoscopio digital
Son dispositivos complejos diseñados específicamente para el diagnóstico por imagen dermatoscópica de la alopecia. Ofrece imágenes de alta calidad, con aumento de 140x, y permite una exploración minuciosa. Consiste de una cámara de mano, con una óptica de alta resolución, y un procesador que recoge las imágenes.
¿Cómo se realiza la tricoscopia?
Como paciente, para realizar la tricoscopia no se necesita de ninguna preparación previa a la prueba. Aunque es importante no llegar a la consulta con el pelo húmedo recién lavado y sin productos aplicados en el cuero cabelludo, como laca o gomina.
Se realiza la tricoscopia “en seco”, es decir, el tricoscopio se apoya directamente sobre la piel del cuero cabelludo sin poner antes ningún líquido. Puntualmente, se puede realizar tricoscopia con líquido de inmersión, es decir, poniendo un poco de gel en el punto del cuero cabelludo a analizar. Esto es poco frecuente y se realiza cuando se quiere estudiar la red de capilares sanguíneos de la piel.
¿Qué se puede diagnosticar con la tricoscopia?
- Confirmar el diagnóstico de la alopecia androgénica, incluso en casos en los que todavía no ha aparecido alopecia.
- Detectar alopecias cicatriciales y autoinmunes.
- Detectar dermatitis seborreica o psoriasis del cuero cabelludo que producen brotes de caída capilar.
- Monitorizar la actividad inflamatoria de la alopecia areata.
- Comprobar que el tratamiento es efectivo en fases iniciales de la alopecia.
- Evaluar la inflamación perifolicular en la alopecia frontal fibrosante, y la respuesta o no al tratamiento médico local.
Patrones tricoscópicos de la alopecia
Tricoscopia alopecia androgenética
El patrón de la alopecia androgenética se caracteriza por la presencia en las áreas de la alopecia de puntos amarillos que se relacionan con cúmulos de queratina y más aún con sebo en el folículo piloso en relación con el aumento de tamaño de las glándulas sebáceas causado por una hipersensibilidad andrógeno dependiente existente en la patogenia de la misma. Se caracteriza la diversidad de diámetro del pelo en relación con la miniaturización progresiva del folículo piloso en puntos rojos e inflamación de la dermis como se puede observar en la Fig. 1 en comparación con una tricoscopia normal Fig. 2.
Tricoscopia alopecia areata
La alopecia areata es una enfermedad autoinmune, que afecta al folículo piloso. Se presenta en forma de placas e incluso pérdida de pelo corporal. Los hallazgos tricoscópicos más frecuentes de la alopecia areata son los puntos amarillos, los puntos negros, pelos en signos de exclamación o pelos vellosos cortos.
Tricoscopia alopecia frontal fibrosante
La alopecia frontal fibrosante se trata de una alopecia cicatrizal que se caracteriza clínicamente por la recesión progresiva y simétrica de la línea de implantación del pelo fronto-temporal. En la mayoría de los casos, también suele acompañarse de alopecia parcial de cejas. Es típico que puedan aparecer “granitos” en la cara y es frecuente que se marquen las venas de la frente. La alopecia frontal fibrosante progresa lentamente durante unos años y luego, en algunos pacientes, tiende a estabilizarse espontáneamente.
El diagnóstico se realiza mediante la tricoscopia. Esta última muestra eritema e hiperqueratosis perifolicular en fases de actividad y signos cicatriciales post-inflamatorios en fases más avanzadas, que servirán también para monitorizar la evolución y la respuesta al tratamiento.
Tricoscopia efluvio telógeno
El efluvio telógeno es una alteración del ciclo folicular que produce una caída del cabello exagerada durante un período de tiempo que suele ser limitado y reversible. Se habla de efluvio telógeno agudo cuando el proceso se limita a menos de 6 meses y de efluvio crónico cuando el proceso se alarga por encima de dichos 6 meses.
El diagnóstico del efluvio telógeno consiste en constatar el incremento de caída mediante el pull test, es decir, en estirar de manera suave el cabello y descartar otras causas de alopecia como la alopecia androgenética.